A partir de los 6 o 7 años, nuestros niños viven en el hogar masculino, finalizado en 2020, separados de las niñas y acompañados por modelos masculinos —una decisión pedagógica importante. Asumen responsabilidades, cuidan animales, ayudan en el huerto y desarrollan talentos musicales en el piano o con la flauta dulce. La casa ofrece privacidad, un espacio para los deberes y, al mismo tiempo, vida en comunidad. Aquí los chicos crecen para convertirse en jóvenes responsables. El edificio integra dos viviendas. En la planta superior se celebran todas las mañanas las devociones con el personal.