Dos pájaros de un tiro

Las calabazas en Austria ayudan a niños huérfanos en África

En realidad, no querían dos pájaros de un tiro. No querían destruir ningún insecto en absoluto. Al contrario, su objetivo era crear un prado florido en Burgkirchen (Austria), cerca de Braunau am Inn, para asegurar la tan importante y cada vez más difícil alimentación de abejas y otros insectos durante todo el verano (sin abejas, no hay polinización, no hay fruta).

Sin embargo, dado que el suelo era demasiado fértil, es decir, demasiado abonado para la diversidad floral deseada, primero fue necesario extraerle nutrientes. Así, el profesor de informática Helge Stangl y su esposa Christa, contable en el Seminario Schloss Bogenhofen, tuvieron la idea de plantar calabazas en 2017 en un campo arrendado de unos 5.000 m² – justo detrás de su casa – antes de que en 2018 pudiera prosperar la exuberancia floral.

Gracias a su larga amistad y colaboración con Thomas Küsel, quien fue director en Bogenhofen durante unos 10 años antes de irse a África Oriental con su esposa Beate, tuvieron la idea de destinar los beneficios de la cosecha de calabazas al proyecto del orfanato Dunia ya Heri en Tanzania.

Así, a finales de mayo, después de preparar el campo y con la ayuda de 17 jóvenes del cuerpo de bomberos local, se plantaron 500 ejemplares de las variedades Butternut, Hokkaido y Muskat. La cosecha está prevista para septiembre y octubre. Los visitantes y excursionistas – el campo se encuentra junto a una popular ruta de senderismo – no podrán comprar las calabazas, sino llevárselas a cambio de una donación de cualquier cantidad. Simplemente la depositarán en una caja habilitada junto a las calabazas apiladas, donde también se explicará el uso de las donaciones y el propio proyecto del orfanato (como valor de referencia: las calabazas ecológicas en Austria cuestan este año aproximadamente 1,70 euros por kilo).

Judith Klier, presidenta de la asociación madre Dunia ya Heri en Alemania, y Brigitte Kinder, presidenta de Dunia ya Heri Austria, y, por supuesto, Thomas y Beate, están encantados con la idea de los Stangl. Esperan que haya otros patrocinadores del orfanato que desarrollen proyectos igual de creativos para ayudar a los niños huérfanos de África.

Gerhard Padderatz

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